Es curioso lo potente de esta técnica. Lograr un cambio en nuestro estado anímico puede ser tan fácil como “fingir” o interpretar el papel del protagonista que queremos ser.
Por ejemplo, una persona que se encuentra en búsqueda de trabajo y se siente desanimada. Primero hay que diseñar el papel a interpretar con preguntas como: ¿Cómo te levantarías por las mañanas si tuvieras trabajo? ¿Con que tipo de energía saldrías a la calle? ¿Qué clase de conversaciones tendrías y cómo te sentirías si te hubieran contratado?
Actúa como si tuvieras trabajo. Tu estado de ánimo cambiará y se verá reflejado en la energía que transmitirás en las entrevistas de trabajo, incrementando así las oportunidades de que seas seleccionado.
Os invito a probarlo y que me hagáis llegar vuestros comentarios.